Muchas veces es sorprendente asimilar que cada uno de sus dientes es una estructura viviente y orgánica que se mueve y reacciona a los estímulos. Debajo de las capas de esmalte y dentina hay un centro suave y rosado llamado la pulpa. Esta es la vida del diente, puesto que contiene todos los nervios y vasos que lo conectan al sistema nervioso y los torrentes sanguíneos. Cada diente tiene una cantidad increíble de conexiones nerviosas, que le hacen posible distinguir entre lo frío y lo caliente y medir la fuerza de mordida. Cuando la pulpa ha sido dañada, infectada, inflamada, o expuesta puede llegar a causar un dolor tremendo. Desafortunadamente, el deterioro de la cámara pulpar es a menudo irreversible. Por esta razón es importante atender el problema inmediatamente. Un tratamiento de nervio es un procedimiento en el cual la pulpa es removida y la cavidad llenada con un material especial llamado gutta-percha. A menudo, esta es la única manera de detener la sensación palpitante una vez que ha empezado. Aquí encontrará algunos signos al que ponerles atención porque pueden indicar la necesidad de un tratamiento de nervio.
- Duele cuando muerde o mastica. Esto puede indicar un punto alto en su mordida, en cuyo caso un desgaste mínimo podría solucionar el problema. Si el dolor continúa por tiempo considerable, lo mejor es visitar a un dentista porque esto podría indicar una continua inflamación pulpar. El dentista le ayudará a determinar qué la causa. Si el dolor no mejora, deberá considerar un tratamiento de nervio.
- Siente una sensación eléctrica cuando aspira aire o toma bebidas calientes o frías. Este es el síntoma más común de una pulpa infectada o expuesta. Si aire o agua es suficiente para causarle dolor, in ninguna fuerza, casi ciertamente necesitará de un tratamiento de nervio. La sensación eléctrica es propia a reacciones nerviosas. Recuerde que el cerebro recibe señales de los nervios en su cuerpo por medio de minúsculos choques eléctricos. Señales fuertes se interpretan como dolor porque es un mecanismo de defensa que advierte una amenaza a la salud del diente.
- Ha tenido una caries sin tratar desde hace mucho tiempo. Las caries son causadas por bacterias que se han infiltrado a través del esmalte. Si se dejan sin tratar, ellas pulularán y avanzarán hacia la dentina. Ahora, ésta es una capa mucho más suave y las bacterias pueden destruirla más rápidamente que el esmalte. A este punto empezará a sentir dolor. Cuando las bacterias alcancen la pulpa, la infectarán y el tratamiento de nervio será casi seguro. Ellas pueden también moverse a través de las raíces y hacia su estructura ósea en donde causan infecciones que puede afectar incluso otros dientes.
- Tiene sensibilidad prolongada luego de una corona o calza. Luego de tratamientos dentales extensos, es normal sufrir una inflamación pulpar reversible y dolor, pero esto debe paulatinamente mejorar con el tiempo. Ya que el dentista debe desgastar estructura dentaria en estos procedimientos, es posible que involuntariamente se haya acercado mucho al nervio, lo que causa sensibilidad prolongada. Si este es el caso, el daño es irreversible y necesitará un tratamiento de nervio.
- Su diente o calza se ha fracturado. Si su diente se ha fracturado horizontalmente en su línea media o más abajo, probablemente tendrá una pulpa expuesta. A veces las fracturas no tocan el nervio pero lo dejan semi expuesto. Es muy importante visitar a su dentista lo antes posible, ya que en estos casos las infecciones bacteriales y la sensibilidad dolorosa son muy comunes.
El tratamiento de nervio es una excelente medida terapéutica que le permite alargar la función de un diente. Aunque ya no sea vital, la estructura externa sigue funcionando. Si se ha identificado con alguno de los puntos anteriores, debe visitar a un dentista pronto, pero no hay necesidad de preocuparse porque el procedimiento es rápido y fácil. En Costa Rica Dental Team trabajamos con una especialista en endodoncia porque entendemos que se necesita de gran precisión y atención experta. Contáctenos ahora para más información.
